21.2.09

Canto de la felicidad

o
Sentados aquí en el momento presente,
protegidos por la Sangha,
nos damos cuenta de nuestra suerte
de ser nacidos como humanos
de haber encontrado pronto la enseñanza justa
que riega la semilla de nuestro espíritu de amor.
Nos damos cuenta de la suerte de vivir en armonía
En el seno de una comunidad de práctica.
(C)

La energía de la Sangha,
la práctica de los entrenamientos de la plena consciencia
y las maneras refinadas,
nos protegen,
nos impiden cometer errores,
dejarnos arrastrar por el mal karma
hacia el camino de las tinieblas.
Y nos permite seguir,
en compañía de amigos sanos,
la vía de la verdad y la bondad,
iluminada por la luz
emitida por Buda y los bodhisattvas.
(C)

En nosotros hay semillas de sufrimiento,
aflicciones y energías de hábito,
pero también la plena consciencia,
que se manifiesta a menudo.
Aquí y ahora,
para ayudarnos a entrar en contacto
con las maravillas en nosotros y a nuestro alrededor.
Todavía intactos, nuestros seis sentidos están despertando.
Nuestros ojos pueden todavía contemplar el cielo azul,
nuestros oídos disfrutar del canto de los pájaros,
nuestra nariz llenarse con el perfume del incienso,
y nuestra lengua saborear el sabor del Dharma.
Cuerpo y espíritu al unísono,
estamos verdaderamente aquí, sentados en paz
y con estabilidad con la Sangha.

Sin Ti, Señor Buda,
sin el maravilloso Dharma o la Noble Sangha,
¿tendríamos la suerte
de disfrutar de esta felicidad hoy?
(C)

Practicamos todos los días,
por nuestra familia, nuestro linaje,
por las futuras generaciones y toda la sociedad,
nuestra paz y nuestra dicha
son el fundamento de nuestra práctica.
Con plena consciencia, cada día,
hacemos el voto de cultivarlas,
y de hacer crecer esta felicidad.
(C)

Viendo en la sociedad
a tantas personas sufrir,
y ahogarse en los cinco placeres sensuales,
en la envidia y en el odio,
estamos determinados a practicar
para transformar nuestras formaciones mentales,
tales como la avidez, la cólera y el odio.
Nos entrenaremos en escuchar profundamente,
y en utilizar palabras compasivas,
para establecer la comunicación con el otro,
engendrar la comprensión,
aceptar y amar.
Como un bodisatva,
hacemos el voto de mirar
a todos los seres a nuestro alrededor
con los ojos de la bondad,
y el corazón de la comprensión.
Estamos determinados a practicar la escucha profunda
con los oídos de la compasión, y un corazón bondadoso.

Mirar y escuchar de esta forma
es la práctica de un bodhisattva,
capaz de aliviar
el sufrimiento en el corazón de los otros
y de llevar la paz y la dicha,
a sí mismo y a su alrededor.
Conscientes de que son las aflicciones y la ignorancia
las que hacen de este mundo
un infierno de fuego,
estamos determinados a practicar diligentemente
para transformarnos,
para reestablecer la comunicación,
y hacer nacer la comprensión y el amor,
así, podremos construir la Tierra Pura aquí mismo.
A pesar de la impermanencia de la vida,
de que el nacimiento, la vejez,
la enfermedad y la muerte están aquí,
como ya hemos encontrado nuestro camino,
no tenemos más miedo.
(C)

¡Qué felicidad vivir
en el seno de la comunidad de práctica de Buda,
de poder comprometernos
en los entrenamientos de la plena consciencia
y de la concentración!
¡Qué felicidad vivir
con estabilidad y libertad
cada momento de la vida cotidiana!
¡Qué felicidad participar directamente
en la misión de Buda y de los bodhisattvas,
y servir a todos los seres!
(C)

En este instante tan valioso,
desbordantes de gratitud,
nos inclinamos ante ti, Señor Buda.
sé testigo de nuestra sinceridad
y tómanos en tus brazos.
(CC)
 
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