La meditación sentada, la meditación caminando y el canto, nos han sosegado.
Ahora, nuestro corazón está en calma y en paz.
Confiamos este centro de dharma y nosotros mismos, sus cuatro sanghas a la protección de las Tres Joyas y de los Santos Nagas.
Que seamos libres de las ocho desdichas y de los tres caminos de tinieblas.
Que la gracia de las Tres Joyas, impregnen los tres mundos, que ella proteja a nuestros padres, maestros, amigos y a todos los seres a quienes debemos tanto.
Que ningún lugar en el mundo esté en guerra.
Que los vientos sean favorables y las lluvias clementes.
Que la paz reine en el corazón de todos los seres.
Con alegría, frescura y paz, cada vez más profundamente,
nuestra comunidad practica con celo.
Que podamos, tomando refugio en las Tres Joyas,
franquear las diez etapas del Bodhisattva sin dificultad,
y que todos los seres tengan más dicha y comprensión.
La sabiduría del Buda brilla como la luna llena.
Su cuerpo es tan puro y claro como el lapislázuli.
El Buda no cesa de salvar a todos los seres del sufrimiento.
Que ningún lugar del mundo
carezca de su compasión y de su amante bondad.
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