21.2.09

Sutra de la isla del -yo-

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Así le oí a Buda enseñar, un día que residía todavía en el Jardín de los Mangos, a la sombra fresca de los árboles de la orilla del río Barda en el país Magada. En ese tiempo, el Venerable Sariputra y el Venerable Maudgalyayana acababan de entrar en el Nirvana. Era el día de la luna llena, día de la ceremonia de la recitación de preceptos, Buda dispuso su cojín de meditación y se sentó ante su comunidad. Después de recorrer con la vista a todo el mundo, dijo:

Viendo nuestra comunidad hoy, veo un gran vacío. Es porque nuestros dos hermanos, Sariputra y Maudgalyayana, han entrado en el Nirvana. En nuestra comunidad, Sariputra y Maudgalyayana eran los más talentosos en todos los campos: dar charlas del Darma, dar consejos, instruir a los monjes, monjas y laicos y hablar con elocuencia.

!Oh, monjes!, las dos riquezas que se persiguen en esta vida son la riqueza material y la riqueza del Darma. En la riqueza material, se corre detrás de las personas que viven en la sociedad. En cuanto a los bienes del Darma, se pueden adquirir de dos monjes, Sariputra y Maudgalyayana. El Tatâgata es alguien que no persigue nada, ni la riqueza material ni la riqueza del Darma.

Queridos monjes, no estéis tristes, no sufráis a causa de la partida de nuestros dos hermanos. Un gran árbol exuberante tiene sus raíces, su tronco, sus ramas, sus hojas, sus flores y sus frutos pero sabemos que sus ramas más grandes se romperán y morirán antes que sus ramas más pequeñas. Es lo mismo para aquella cadena montañosa que esconde tesoros: ¿la más alta cumbre no se deteriorará antes que las más bajas? En la comunidad de discípulos del Tatâgata, Sariputra y Maudgalyayana eran los dos grandes eruditos. Por tanto, es normal que estos venerables hayan entrado los primeros en el Nirvana.

Es por esto que, os aconsejo que no os apenéis y que no sufráis. Todos los fenómenos nacen, viven y afectan a los otros fenómenos. Dicho de otra forma, todas las cosas condicionadas deben obedecer la ley de la impermanencia para llegar finalmente a la descomposición. Si deseamos que existan por siempre, sin descomponerse jamás, deseamos lo imposible. Ya os he recordado varias veces, que todo lo que amáis hoy, ciertamente deberéis abandonarlo o separaros de ello mañana. Yo mismo, me iré pronto.

Es por esto que deberíais practicar para ser una isla para vosotros mismos, para tomar refugio en vosotros mismos y no en otra persona. Entrenaos en tomar refugio en la isla del Darma verdadero. Sabed tomar refugio en el verdadero Darma, no toméis refugio en ninguna otra isla o en otra persona. Esta es la práctica de establecerse en la contemplación del propio cuerpo en el propio cuerpo, la puesta en práctica de los ejercicios con diligencia con el fin de nutrir la verdadera comprensión y la plena consciencia, de dominar y transformar las pasiones y las ansiedades en vosotros. Esto se llama también, la práctica de volver a la isla del ello/yo, de volver a la isla del Darma verdadero para tomar refugio en la isla del Darma verdadero y no en ninguna otra isla o en ninguna otra cosa.

Habiendo escuchado estas palabras de Buda, los biksus fueron felices de poner estas enseñanzas en práctica.
(CC)






 
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