“El Dharma incomparablemente
profundo y exquisito. Raramente se encuentra, incluso en centenares de
miles de millones de kalpas.
Nos permiten ahora verlo, escucharlo,
aceptarlo y sostenerlo.
Podamos entender el significado de la verdad de
las palabras
del Tathagata”.
del Tathagata”.
Estudiar los Entrenamientos, comprender el significado de los Sutras o recibir las maravillosas enseñanzas que nos han sido transmitidas en el tiempo, desde el Buda Sakyamuni hasta Thay, a través de los maestros y los patriarcas es un gran tesoro.
De este modo, el hecho de practicar y compartir juntos en una Sangha, libremente desde nuestra propia experiencia, resulta transformador y sanador, ya que gracias al estudio y visión correcta del Dharma seremos capaces de expresarnos desde lo más profundo y verdadero de nuestro corazón y no desde el Ego, que por ignorancia, está desprovisto del sabor del néctar de la comprensión y la compasión para caminar con la libertad de un bodhisattva.
De lo contrario, sería como aquel que pretende cruzar a nado las aguas de un turbulento río sin haber tomado ni una sola lección de natación o adentrarse por un territorio desconocido sin un buen plano que guíe sus pasos.
También existe un famoso dicho zen que dice: “no confundas la luna con el dedo que señala la luna”; reconocemos que el dedo no es la verdadera experiencia, pero gracias a los grandes maestros que nos señalan la luna, podemos estar seguros de ello. El dedo es tan solo la dirección que debemos de seguir.
Que puedan así todos los seres realizar sus votos y retornar al Gran Compasivo.