He aquí lo que oí un día que Buda residía todavía en el monasterio de Anatapindika, en el parque de Jeta no lejos de Sravasti. Ese día, el rico comerciante Anatapindika estaba gravemente enfermo. Cuando el Venerable Sariputra fue informado, fue inmediatamente a buscar al Venerable Ananda y le dijo: Hermano Ananda, ven conmigo a visitar a nuestro amigo Anatapindika.
El Venerable Ananda se vistió, tomó su cuenco y en compañía del Venerable Sariputra se dirigió a la villa de Sravasti para hacer la petición de limosnas. Ambos monjes fueron de casa en casa y llegaron ante la casa de Anatapindika. Entraron y una vez sentados, el Venerable Sariputra hizo una pregunta al rico mercader Anatapindika:
¿En qué estado está tu enfermedad? ¿Tu salud ha mejorado o empeorado? ¿Tu dolor físico disminuye poco a poco o se acrecienta?
- Venerables monjes, respondió Anatapindika, no parece que mi enfermedad disminuya. No solamente mi dolor físico no se calma sino que por el contrario, no deja de aumentar.
- Amigo mío, dijo Sariputra, practica ahora con nosotros la contemplación de Buda, del Darma y de la Sanga. Contemplemos así:
Buda es el Tatâgata, aquel que está verdadera y completamente Despierto. Él ha manejado perfectamente, la compresión y la acción.
Ha alcanzado la orilla de la liberación. Comprende el mundo en su plenitud. Él es incomparable en sabiduría. Es capaz de ganar el corazón de los humanos y ayudarlos. Él es el maestro de dioses y de humanos. Él es Buda. El Honrado por el Mundo.
(C)
El Darma es la enseñanza explicada por el Tatâgata. Muy profunda y maravillosa, es preciosa y digna de respeto, Ninguna otra enseñanza la puede igualar. Es la vía de la práctica de santos y seres nobles.
(C)
La Sanga es la comunidad de práctica bajo la guía del Tatâgata. Vive en armonía y en su seno no hay ningún conflicto. Todas las prácticas pueden ser cumplidas en su seno. Esta comunidad noble y respetable realiza los Preceptos, la Concentración, la Visión Profunda y la Liberación. Es un campo de méritos inigualable en el mundo.
(C)
Querido amigo, cuando contemplas así a Buda, al Darma y a la Sanga, los méritos y la felicidad resultantes son ilimitados. Puedes poner fin al sufrimiento, a todos los obstáculos generados por los errores cometidos y recoger los frutos tan frescos y dulces como el néctar de la compasión del bodisatva. Un hijo o hija de buena familia que sepa como contemplar las Tres Joyas está seguro de no caer jamás en los tres caminos de las tinieblas: el infierno, el reino de los espíritus hambrientos y el de las bestias. Por el contrario, renacerá en un bello mundo de dioses o humanos.
(C)
Practiquemos ahora la meditación sobre los seis órganos sensoriales de la siguiente forma:
- Estos ojos no son yo. No estoy aprisionado en estos ojos.
- Estas orejas no son yo. No estoy aprisionado en estas orejas.
- Esta nariz no es yo. No estoy aprisionado en esta nariz.
- Esta lengua no es yo. No estoy aprisionado en esta lengua.
- Este cuerpo no es yo. No estoy aprisionado en este cuerpo.
- Esta mente no es yo. No estoy aprisionado en esta mente.
(C)
Continua meditando sobre los seis objetos sensoriales de la siguiente forma:
- Estas imágenes no son yo. No estoy aprisionado en estas imágenes.
- Estos sonidos no son yo. No estoy aprisionado en estos sonidos.
- Estos olores no son yo. No estoy aprisionado en estos olores.
- Estos sabores no son yo. No estoy aprisionado en estos sabores.
- Estos contactos corporales no son yo. No estoy aprisionado en estos contactos corporales.
- Estos pensamientos no son yo. No estoy aprisionado en estos pensamientos.
(C)
Continua meditando sobre los seis consciencias sensoriales, así:
- La conciencia visual no es yo. No estoy aprisionado en la conciencia visual.
- La conciencia auditiva no es yo. No estoy aprisionado en la conciencia auditiva.
- La conciencia olfativa no es yo. No estoy aprisionado en la conciencia olfativa.
- La conciencia gustativa no es yo. No estoy aprisionado en la conciencia gustativa.
- La conciencia táctil no es yo. No estoy aprisionado en la conciencia táctil.
- La conciencia mental no es yo. No estoy aprisionado en la conciencia mental.
(C)
Querido amigo, continua en la contemplación de los seis elementos de tu cuerpo de la siguiente forma:
- El elemento Tierra no es yo. No estoy aprisionado en el elemento Tierra.
- El elemento Agua no es yo. No estoy aprisionado en el elemento Agua.
- El elemento Fuego no es yo. No estoy aprisionado en el elemento Fuego.
- El elemento Aire no es yo. No estoy aprisionado en el elemento Aire.
- El elemento Espacio no es yo. No estoy aprisionado en el elemento Espacio.
- El elemento Consciencia no es yo. No estoy aprisionado en el elemento Consciencia.
(C)
Continua contemplando los cinco agregados de la siguiente forma:
- Este cuerpo no es yo. No estoy limitado por este cuerpo.
- Estas sensaciones no son yo. No estoy limitado por estas sensaciones.
- Estas percepciones no son yo. No estoy limitado por estas percepciones.
- Estas formaciones mentales no son yo. No estoy limitado por estas formaciones mentales
- Esta consciencia no es yo. No estoy limitado por esta consciencia.
(C)
Querido amigo, medita sobre el tiempo de la siguiente forma:
- El pasado no es yo. No estoy limitado por el pasado.
- El presente no es yo. No estoy limitado por el presente.
- El futuro no es yo. No estoy limitado por el futuro.
(C)
Amigo Anatapindika, todos los fenómenos se manifiestan y se descomponen a partir de causas y condiciones. De hecho, la verdadera naturaleza de todas las cosas es el no-nacimiento y la no-muerte, la no-llegada y la no-partida. Cuando los ojos se manifiestan, se manifiestan simplemente y no vienen de ninguna parte. Cuando los ojos se descomponen, se descomponen simplemente y no van a ninguna parte. Los ojos no eran no-existentes antes de manifestarse y no son existentes antes de descomponerse. Todos los fenómenos se forman debido a una combinación de causas y condiciones. Cuando las causas y las condiciones son suficientes, los ojos están presentes y cuando son insuficientes los ojos están ausentes. Esto es igualmente verdad para las orejas, la nariz, la lengua, el cuerpo y la mente, para la forma, el sonido, el olor, el gusto, el tacto y el pensamiento y para la vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto y la conciencia, así como para los seis elementos del cuerpo, los cinco agregados y el tiempo.
En los cinco agregados, no hay nada que podamos llamar “ello/yo”, “ser humano” o “duración de la existencia”. La incapacidad de comprender esta verdad significa la ignorancia. Porque hay ignorancia, hay impulso erróneo. Porque hay impulso erróneo, hay consciencia errónea. Porque hay consciencia errónea, hay discriminación entre el sujeto y el objeto de la percepción. Porque hay esta discriminación, hay la discriminación entre los seis órganos sensoriales y los seis objetos sensoriales. Porque hay discriminación entre los seis órganos sensoriales y los seis objetos sensoriales, hay tacto. Porque hay tacto, hay sensación.
Porque hay sensación, hay deseo. Porque hay deseo, hay apego. Porque hay apego, hay existencia y después el nacimiento, la muerte y el sufrimiento infinito.
Querido amigo, has meditado para comprender que todos los fenómenos se manifiestan a partir de causas y condiciones y que no tienen una identidad separada. Esta es la contemplación de la VACUIDAD, la más alta y más profunda de las contemplaciones.
(C)
Habiendo practicado hasta ese momento, el rico comerciante Anatapindika comenzó a derramar ardientes lágrimas. El Venerable Ananda le preguntó entonces: Amigo mío, ¿por qué lloras? ¿No has logrado meditar? ¿Tienes pesadumbres?
Anatapindika le respondió: Querido Venerable, no tengo ninguna aflicción y he aprovechado bien mi práctica. Lloro porque estoy muy emocionado. He tenido la suerte de servir a Buda y a su noble Sanga durante muchos años y sin embargo, jamás había escuchado una enseñanza tan profunda, maravillosa y preciosa como ésta transmitida hoy por el Venerable Sariputra.
El Venerable Ananda dijo entonces a Anatapindika: ¿Sabes, amigo, que Buda ofrece regularmente esta enseñanza a los biksus y a las biksunis?
Venerable Ananda, solicitó Anatapindika, te ruego que digas a Buda que ciertas personas laicas no son capaces de recibir, comprender y de poner en práctica enseñanzas profundas como éstas, pero que otras son capaces de recibirlas, comprenderlas y ponerlas en práctica. Por favor, díselo para que personas laicas como nosotros, tengan la suerte de escuchar tales enseñanzas.
Habiendo escuchado y practicado con los dos Venerables, Anatapindika se sintió ligero, en paz y libre. Hizo nacer el espíritu insuperable. Tan pronto como los Venerables Sariputra y Ananda le saludaron y partieron, Anatapindika murió y renació en el trigésimo tercer paraíso.
(CC)
El Venerable Ananda se vistió, tomó su cuenco y en compañía del Venerable Sariputra se dirigió a la villa de Sravasti para hacer la petición de limosnas. Ambos monjes fueron de casa en casa y llegaron ante la casa de Anatapindika. Entraron y una vez sentados, el Venerable Sariputra hizo una pregunta al rico mercader Anatapindika:
¿En qué estado está tu enfermedad? ¿Tu salud ha mejorado o empeorado? ¿Tu dolor físico disminuye poco a poco o se acrecienta?
- Venerables monjes, respondió Anatapindika, no parece que mi enfermedad disminuya. No solamente mi dolor físico no se calma sino que por el contrario, no deja de aumentar.
- Amigo mío, dijo Sariputra, practica ahora con nosotros la contemplación de Buda, del Darma y de la Sanga. Contemplemos así:
Buda es el Tatâgata, aquel que está verdadera y completamente Despierto. Él ha manejado perfectamente, la compresión y la acción.
Ha alcanzado la orilla de la liberación. Comprende el mundo en su plenitud. Él es incomparable en sabiduría. Es capaz de ganar el corazón de los humanos y ayudarlos. Él es el maestro de dioses y de humanos. Él es Buda. El Honrado por el Mundo.
(C)
El Darma es la enseñanza explicada por el Tatâgata. Muy profunda y maravillosa, es preciosa y digna de respeto, Ninguna otra enseñanza la puede igualar. Es la vía de la práctica de santos y seres nobles.
(C)
La Sanga es la comunidad de práctica bajo la guía del Tatâgata. Vive en armonía y en su seno no hay ningún conflicto. Todas las prácticas pueden ser cumplidas en su seno. Esta comunidad noble y respetable realiza los Preceptos, la Concentración, la Visión Profunda y la Liberación. Es un campo de méritos inigualable en el mundo.
(C)
Querido amigo, cuando contemplas así a Buda, al Darma y a la Sanga, los méritos y la felicidad resultantes son ilimitados. Puedes poner fin al sufrimiento, a todos los obstáculos generados por los errores cometidos y recoger los frutos tan frescos y dulces como el néctar de la compasión del bodisatva. Un hijo o hija de buena familia que sepa como contemplar las Tres Joyas está seguro de no caer jamás en los tres caminos de las tinieblas: el infierno, el reino de los espíritus hambrientos y el de las bestias. Por el contrario, renacerá en un bello mundo de dioses o humanos.
(C)
Practiquemos ahora la meditación sobre los seis órganos sensoriales de la siguiente forma:
- Estos ojos no son yo. No estoy aprisionado en estos ojos.
- Estas orejas no son yo. No estoy aprisionado en estas orejas.
- Esta nariz no es yo. No estoy aprisionado en esta nariz.
- Esta lengua no es yo. No estoy aprisionado en esta lengua.
- Este cuerpo no es yo. No estoy aprisionado en este cuerpo.
- Esta mente no es yo. No estoy aprisionado en esta mente.
(C)
Continua meditando sobre los seis objetos sensoriales de la siguiente forma:
- Estas imágenes no son yo. No estoy aprisionado en estas imágenes.
- Estos sonidos no son yo. No estoy aprisionado en estos sonidos.
- Estos olores no son yo. No estoy aprisionado en estos olores.
- Estos sabores no son yo. No estoy aprisionado en estos sabores.
- Estos contactos corporales no son yo. No estoy aprisionado en estos contactos corporales.
- Estos pensamientos no son yo. No estoy aprisionado en estos pensamientos.
(C)
Continua meditando sobre los seis consciencias sensoriales, así:
- La conciencia visual no es yo. No estoy aprisionado en la conciencia visual.
- La conciencia auditiva no es yo. No estoy aprisionado en la conciencia auditiva.
- La conciencia olfativa no es yo. No estoy aprisionado en la conciencia olfativa.
- La conciencia gustativa no es yo. No estoy aprisionado en la conciencia gustativa.
- La conciencia táctil no es yo. No estoy aprisionado en la conciencia táctil.
- La conciencia mental no es yo. No estoy aprisionado en la conciencia mental.
(C)
Querido amigo, continua en la contemplación de los seis elementos de tu cuerpo de la siguiente forma:
- El elemento Tierra no es yo. No estoy aprisionado en el elemento Tierra.
- El elemento Agua no es yo. No estoy aprisionado en el elemento Agua.
- El elemento Fuego no es yo. No estoy aprisionado en el elemento Fuego.
- El elemento Aire no es yo. No estoy aprisionado en el elemento Aire.
- El elemento Espacio no es yo. No estoy aprisionado en el elemento Espacio.
- El elemento Consciencia no es yo. No estoy aprisionado en el elemento Consciencia.
(C)
Continua contemplando los cinco agregados de la siguiente forma:
- Este cuerpo no es yo. No estoy limitado por este cuerpo.
- Estas sensaciones no son yo. No estoy limitado por estas sensaciones.
- Estas percepciones no son yo. No estoy limitado por estas percepciones.
- Estas formaciones mentales no son yo. No estoy limitado por estas formaciones mentales
- Esta consciencia no es yo. No estoy limitado por esta consciencia.
(C)
Querido amigo, medita sobre el tiempo de la siguiente forma:
- El pasado no es yo. No estoy limitado por el pasado.
- El presente no es yo. No estoy limitado por el presente.
- El futuro no es yo. No estoy limitado por el futuro.
(C)
Amigo Anatapindika, todos los fenómenos se manifiestan y se descomponen a partir de causas y condiciones. De hecho, la verdadera naturaleza de todas las cosas es el no-nacimiento y la no-muerte, la no-llegada y la no-partida. Cuando los ojos se manifiestan, se manifiestan simplemente y no vienen de ninguna parte. Cuando los ojos se descomponen, se descomponen simplemente y no van a ninguna parte. Los ojos no eran no-existentes antes de manifestarse y no son existentes antes de descomponerse. Todos los fenómenos se forman debido a una combinación de causas y condiciones. Cuando las causas y las condiciones son suficientes, los ojos están presentes y cuando son insuficientes los ojos están ausentes. Esto es igualmente verdad para las orejas, la nariz, la lengua, el cuerpo y la mente, para la forma, el sonido, el olor, el gusto, el tacto y el pensamiento y para la vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto y la conciencia, así como para los seis elementos del cuerpo, los cinco agregados y el tiempo.
En los cinco agregados, no hay nada que podamos llamar “ello/yo”, “ser humano” o “duración de la existencia”. La incapacidad de comprender esta verdad significa la ignorancia. Porque hay ignorancia, hay impulso erróneo. Porque hay impulso erróneo, hay consciencia errónea. Porque hay consciencia errónea, hay discriminación entre el sujeto y el objeto de la percepción. Porque hay esta discriminación, hay la discriminación entre los seis órganos sensoriales y los seis objetos sensoriales. Porque hay discriminación entre los seis órganos sensoriales y los seis objetos sensoriales, hay tacto. Porque hay tacto, hay sensación.
Porque hay sensación, hay deseo. Porque hay deseo, hay apego. Porque hay apego, hay existencia y después el nacimiento, la muerte y el sufrimiento infinito.
Querido amigo, has meditado para comprender que todos los fenómenos se manifiestan a partir de causas y condiciones y que no tienen una identidad separada. Esta es la contemplación de la VACUIDAD, la más alta y más profunda de las contemplaciones.
(C)
Habiendo practicado hasta ese momento, el rico comerciante Anatapindika comenzó a derramar ardientes lágrimas. El Venerable Ananda le preguntó entonces: Amigo mío, ¿por qué lloras? ¿No has logrado meditar? ¿Tienes pesadumbres?
Anatapindika le respondió: Querido Venerable, no tengo ninguna aflicción y he aprovechado bien mi práctica. Lloro porque estoy muy emocionado. He tenido la suerte de servir a Buda y a su noble Sanga durante muchos años y sin embargo, jamás había escuchado una enseñanza tan profunda, maravillosa y preciosa como ésta transmitida hoy por el Venerable Sariputra.
El Venerable Ananda dijo entonces a Anatapindika: ¿Sabes, amigo, que Buda ofrece regularmente esta enseñanza a los biksus y a las biksunis?
Venerable Ananda, solicitó Anatapindika, te ruego que digas a Buda que ciertas personas laicas no son capaces de recibir, comprender y de poner en práctica enseñanzas profundas como éstas, pero que otras son capaces de recibirlas, comprenderlas y ponerlas en práctica. Por favor, díselo para que personas laicas como nosotros, tengan la suerte de escuchar tales enseñanzas.
Habiendo escuchado y practicado con los dos Venerables, Anatapindika se sintió ligero, en paz y libre. Hizo nacer el espíritu insuperable. Tan pronto como los Venerables Sariputra y Ananda le saludaron y partieron, Anatapindika murió y renació en el trigésimo tercer paraíso.
(CC)