Aquellos que quieran alcanzar la paz y la felicidad deben ser compasivos y practicar regularmente la justicia y la humildad y ser capaces de emplear un lenguaje amoroso. Saben cómo vivir en la simplicidad y la felicidad. Dirigen sus vidas con amor, armonía, calma y dominio de sí mismos. Tienen pocos deseos y no buscan ser como la mayoría. Estas personas no hacen absolutamente nada que pueda ser desaprobado por los sabios. Y he aquí lo que contemplan permanentemente:
Que todos los seres vivan seguros y felices.
Que su corazón esté lleno de bondad, de virtud y de libertad.
Que todos los seres vivan en paz, sean débiles o fuertes, grandes o pequeños, visibles o invisibles, próximos o lejanos, ya nacidos o por nacer.
Que ningún ser mate o haga mal a otros. Que ninguna persona tome a la ligera la vida de nadie. Que nunca, por cólera o malevolencia, desee mal o sufrimiento a otros.
Como una madre que ama y protege a su único hijo arriesgando su vida, cultivemos la bondad y la compasión y ofrezcámoslas a todos los seres vivos en todo el cosmos.
(C)
Dejemos que nuestro amor infinito envuelva todo el universo y a todos los seres, de arriba y de abajo, de la izquierda o de la derecha. Nuestro amor no encontrará ningún obstáculo. Nuestro corazón estará completamente liberado de todo odio o resentimiento. En todo momento, y en todas las posiciones, de pie o sentados, tumbados o andando, desde que nos despertamos, hacemos el voto de mantener en nosotros la plena consciencia del amor. Esta es la más noble forma de vivir.
Libres de toda falsa percepción, eliminando progresivamente los deseos y el apego, llevando una vida sana y realizando la comprensión perfecta, todos los que practican el amor infinito, trascenderán ciertamente el nacimiento y la muerte.
(CC)
Que todos los seres vivan seguros y felices.
Que su corazón esté lleno de bondad, de virtud y de libertad.
Que todos los seres vivan en paz, sean débiles o fuertes, grandes o pequeños, visibles o invisibles, próximos o lejanos, ya nacidos o por nacer.
Que ningún ser mate o haga mal a otros. Que ninguna persona tome a la ligera la vida de nadie. Que nunca, por cólera o malevolencia, desee mal o sufrimiento a otros.
Como una madre que ama y protege a su único hijo arriesgando su vida, cultivemos la bondad y la compasión y ofrezcámoslas a todos los seres vivos en todo el cosmos.
(C)
Dejemos que nuestro amor infinito envuelva todo el universo y a todos los seres, de arriba y de abajo, de la izquierda o de la derecha. Nuestro amor no encontrará ningún obstáculo. Nuestro corazón estará completamente liberado de todo odio o resentimiento. En todo momento, y en todas las posiciones, de pie o sentados, tumbados o andando, desde que nos despertamos, hacemos el voto de mantener en nosotros la plena consciencia del amor. Esta es la más noble forma de vivir.
Libres de toda falsa percepción, eliminando progresivamente los deseos y el apego, llevando una vida sana y realizando la comprensión perfecta, todos los que practican el amor infinito, trascenderán ciertamente el nacimiento y la muerte.
(CC)